miércoles, 11 de marzo de 2015

11 de marzo de 2015


Una mujer vestida con chador pide limosna en el centro de Milán, a pocos metros del Duomo y muy cerca  del imperio de la moda.
Pasamos frente a ella y por unos segundos dejo de andar. La mujer no parece ver a nadie. Gianna y Nieve continúan caminando sin darse cuenta de nada. Algunas veces he visto a mujeres vestidas con chador, pero nunca a una de ellas pidiendo limosna. El negro sin elección de su traje o quizá su mirada perdida y resignada me mueven la compasión y pienso en darle unas monedas...Pero tal vez esté sometida a un hombre que la explota y se quede con el dinero que ella recauda... Comienzo a caminar con un pellizco en el corazón. ¿ He hecho bien? Quizá si no llega a casa con la cantidad que le dicen, le pegan...


Podía haber comprado algunas galletas y habérselas dado... Pero Gianna y Nieve han seguido caminando entre el río de gente. Nadie se detiene en el centro de la gran ciudad. La misma que me ha engullido.
La verdad es que me estoy mintiendo. Sólo yo me he dejado comer y he optado por el camino más fácil pasando de largo figiendo tener prisa.
No hay otro culpable. 

( Cristina Carrasco)
Imagen: Barbara Zambon